Y vuelves; y yo tan sola como siempre en esta cárcel sin salida.
Sin notar mi existencia; como se siente un pájaro la última vez que mueve las alas en un mundo vacío.
La roca que poco a poco se desgasta, de la erosión que por la lluvia ha sufrido; y sí, es una metáfora, de llanto frío en día helado con nieve en los bolsillos.
Recuerdo que ahora mismo no recuerdas lo mucho que recordaste haberme querido.
Que la ilusión poco a poco se apaga y el árbol se ha podrido. Y ojalá y volviera a ser regado.
Siento... vacío, y no en el ombligo. De hecho no sé qué tienen que ver los pulmones; pero te echan tanto de menos, que a veces caen el el olvido y hacen amagos de sustos que me dan un castigo intermitente en forma de aire perdido.
Necesito volver a sentir la emoción de abrir un nuevo libro con complejo de persona a rastras por el suelo y avión directo al sitio donde nos conocimos; mítico lugar en paraíso perdido.
Acaban de morir tres flores, y una de ellas no era precisamente un lirio... Melancolía, monotonía y fuerzas en el camino. Pero esto no son núcleos de sujetos, ni adornos de árboles bonitos.
Me miras a los ojos, y ya sabes... No he vuelto a abrirlos.
El título de esta entrada tiene su origen en pensar en recuerdos mientras estás estudiando literatura. Espero que se entienda. Gracias por leerme.
Impresionante texto joder eres increíble, me has dejado impresionada con estas metáforas, que melancólico pero a la vez precioso. No dejes de escribir lo que sientes en todo momento.
ResponderEliminarTe quiero mucho. <3