sábado, 27 de agosto de 2016

Título: Sin título.

Hola, no sé qué hago en blogger, tan pronto, tan sin frenos, tan abierta y tan yo misma, pero aquí estoy.
No quiero hacer de esta entrada algo monótono dentro de mis entradas, y por ello esto será distinto a lo habitual; pero necesitaba soltarlo.
Echo de menos estrellas en el cielo con las que sentirte vacío, pero sin miedo, como si tuvieses ganas de llenarte, de sensaciones cósmicas, o de meteoritos.
No echo de menos la positividad, ni quiero ser más negativa; no soy una pila, soy una mariposa en busca de vuelos, que hoy son altos, mañana bajos, y viceversa.
Echo de menos reírme de mi sombra, del espejo, del ruido, de los caminos oscuros, de las escaleras en los hospitales abandonados, de los libros que leía cuando tenía 6 años; de mí misma.
No echo de menos mi vida antes de marzo, ya que todo cambió, y el cambio continúa activo hasta quién sabe cuando.
Echo de menos la mano que daba a todo el mundo, con ganas de ser correspondida de otra; ya que ahora si te doy mi mano, es para que te quedes con ella e irme.
No echo de menos vivir de luces en días de navidad, ni el chocolate; ni me da pena pensar que mis películas favoritas ya no son lo que eran, al fin y al cabo yo tampoco lo soy.
Creo que ahora soy más valiente, porque pienso que la vida son días aleatorios en un disco que te han dejado en el buzón.
Y que por lo tanto, no merece la pena contar las horas que duermes, ni las que respiras (y sí, hay horas en las que no respiras). Contando números pierdes el tiempo de contar letras en un par de meses.
Tú, que estás leyendo esto, y que has llegado hasta aquí; gracias.
Que sepas que hoy por el simple hecho de estar en una de mis casas, mereces que pongamos una canción en tu honor (te dejo elegir) y la bailemos juntos.
¿Aceptas?

domingo, 21 de agosto de 2016

Amor verdadero.

Hola "amor verdadero", hoy me gustaría hablar de ti,  contigo y sin ti.

El hecho de amar lleva consigo un sentimiento demasiado fuerte, catalogado de distinta manera de querer; pero acaso amar no es querer (?), y querer no es la supuesta base de amar (?).
Yo no hago diferenciaciones entre amar y querer; sólo uso el término querer, y por ello sé que hay personas a las cuales quiero más que a otras, pero que estén en el pico más alto del 50% del amor externo dentro de mí no significa que eso sea amor.

Tampoco creo en el concepto de amor verdadero, el amor de verdad, el de toda la vida, y que dicho amor está basado en una única y exclusiva persona en toda tu vida; y supongo que el resto de amores son simples insectos de apariencia bonita que te pican, aunque no sabemos quién picó a quién, y quién le arrancó la cabeza al otro.

Creo que un gran número de personas va a tener una infinitud de amores verdaderos, sólo por perseguir a una persona que merezca el honor de ese nombre.
De esta manera eliminamos de nuestra vida a individuos 'maravillosos' por la búsqueda de uno 'mejor', desaprovechando el momento.
Y dime, si el amor verdadero no existe, qué hace persiguiendo la sombra de fantasmas, si son invisibles.

Quizás tu amor verdadero será x, estando con y, porque aún no has conocido a z; quizás aquel día cerraste la puerta demasiado rápido, quizás corriste en otra dirección, o simplemente pudiste cegarte ante x.
Y buscarás partes de x en y, y te decepcionarás por no ver que x es una cosa e y es otra, totalmente distinta; y que si buscas en x cosas de y te acabarás decepcionando igualmente; y así entras en una cadena sin fin, ya que un día hablarás con z, y te darás cuenta de que ni x ni y eran lo mejor, y que sus características volverán a ser distintas, y otra vez comparaciones y decepción.

Por eso no creo en el amor verdadero, porque no eliminaría ningún amor, ni siendo la peor cosa de mi vida, aunque en ese caso sería prácticamente imposible, ya que el amor tóxico un día termina, y si no quieres que termine, abre los ojos, pero no aguantes el dolor, y mucho menos cuando te digan que es lo que te mereces.

Es cierto que hay amores que marcan, otros que hacen heridas profundas, otros que curan, y otros que ayudan; pero todos en algún momento se dan la mano.

Quizás soy demasiado joven para opinar sobre este tema, quizás es que aún no conocido al 'amor verdadero'; quizás no existe, pero si algún día aparece, dudaré y me lo volveré a plantear.

domingo, 14 de agosto de 2016

Amarillo.

Juro que hoy será la última vez que te escriba anónimamente, de verdad.
Pienso crear un primer día para dejar de pensar en ti como una pérdida, y que ese primer día sea el antecedente de un segundo, y de un posible tercero.
Antes de guardarte y tirar tu llave al mar me gustaría hacer un breve recordatorio sobre ti, o sobre mí; o sobre lo que pudimos ser y nunca fuimos, ni seremos.

No te prometí quedarme a tu lado un tiempo infinito esperando que el tiempo pasara cuando nos daba vergüenza mirarnos; intenté quitarte la soga al cuello cuando te daba la mano la ansiedad, te dibujé una playa imaginaria en la que solamente estábamos tú y yo, y aquella casa con todos esos detalles; esos cuadros de esos dos pintores que nada tenían que ver en común, aquellas estanterías, y aquellas ventanas con esas vistas inolvidables, porque aunque sólo fuese un sueño, nos daban motivos para vivir.

¿Te echo de menos? Si me lo preguntas tú seguramente no, pero que como me lo pregunte el resto me falta un trozo de vida (conjunto de vida que contenía el mismo número de placeres que de manzanas podridas; pero sabíamos llevarlo).

Sé que eres una de las 23 piezas del puzzle pequeño y a la vez más grande de mi vida, y sé que esto no te lo dije así, porque tú no eras un monstruo, ya que el monstruo vivía en mí, y te tenía un miedo que hacía efecto de polo negativo en las pilas; sólo quería abrazarse y no romperse en ti.
Además de esto, sé que no quiero volver a escribir sobre ti; que nunca has sido musa, porque eras la mejor obra de un artista pichulero de las calles de Madrid, pero necesito dejar de hacerlo, y yo no prometo nunca, pero esta será la excepción que rompa las promesas a uno mismo, y te prometo que nunca más volverán a pitarte los oídos por mí; y si alguna vez lo hacen, no hagas como tu artista favorito.

No es un hasta luego, es un hasta otra noche que ese monstruo no me deje dormir.

domingo, 7 de agosto de 2016

Bohemian Rhapsody.

Y ojalá estar en esta cama contigo, en lugar de pararme a pensar todas las cosas que hice mal y que ojalá hayas olvidado (básicamente porque me dirías que no lo hice mal, y que lo hice lo mejor que pude).
Ojalá poder decirte al oído todas las cosas que me recuerdan a ti, y volver a disfrutarlas (de tu mano) y poner de fondo esa canción que tanto te encantaba y lo poco que me gustaba a mí, y discutirlo.
Y pensar en todas las noches que me hubiese gustado ser tu consuelo y tuviste que conformarte con que sólo te escuchase hasta las tres de la mañana.
Y que habría matado al tiempo, a la distancia y a tu mala suerte con tal de encontrarte dispuesto a dar un paseo de madrugada conmigo, y podríamos haber hablado del clima en ese momento, aunque estuviese lloviendo, y habría cedido mi brazo entero con tal de que tuvieses un punto fijo para fiarte de mí, para que pudieses abrir tus cicatrices y contarme sus historias (aunque ya las conociese).
Y ojala un día alguien te encuentre y se abrace a ti.
Ojalá no pienses nunca en mí.