viernes, 28 de junio de 2019

28 olas de calor.

Estoy andando... No me lo creo.
Estoy despierta, y sueño de pie y viva.
Acelero... Puedo correr de nuevo.
Me levanto de la cama, me doy la mano, salto y desayuno.
Veo la luz... La veo en todos los caminos que tengo delante.

Miro al techo, bajo la cabeza y sonrío.
Estúpida de mí, por haber llorado... Estúpida yo, por haber reído contigo.
Bailo... Con tu mirada en mi cuerpo, buscando mis ojos.
Me tumbo en el suelo, gritando lo bien que me siento aquí.
Tropiezo con mi sombra... Me planteo la velocidad que llevo.

Freno... Pero no supero la máxima permitida.
Piso el pedal de la derecha, subo de 50 a 85 km/h... Tranquila.
Vamos bien, ni lentos, ni con demasiadas prisas.
Observo por la ventana, miro a los árboles como iguales y les digo buenos días.
Carretera tranquila, voy yo sola.

Pienso en ti... Te quiero, pero tú eres de autovías, mientras yo soy una convencional.
Pienso en mí... Me libero, me quiero, y chillo.
Ya no te necesito... Ni a tu ser, ni a tu aprobación.
Tengo que seguir, subir... Estoy aquí.
Tengo que hacerlo... Por mí.

miércoles, 17 de abril de 2019

5-7.

A veces creo que te echo de menos... No a ti, sino a el lugar que ocupabas en mi vida.

Al hecho de tomar café a las 11 de la mañana y a las 7 de la tarde,
a recorrer la calle más larga de la ciudad contigo,
a estar en la cocina esperando a que se hiciese la pizza o se cociese el agua de la pasta,
a ver los partidos de fútbol, aunque lo odiase, y a aguantar tus enfados por los goles...

A abrazarte cuando te venías abajo por x motivos,
a que me esperases detrás de la puerta para intentar asustarme,
a darte besos por haber aprobado un test preparatorio para el teórico,
a verte jugar a los barcos,
a que me hables mal y bien de tus amigos...

A dar vueltas en tu cama mientras nos reíamos,
a ver películas malas, que tenían su gracia viéndolas acompañada,
a que quisieses verme todos los días,
a desear que fuese lunes, después de estar sin ti todo el fin de semana,
a que me enseñases cosas,
y a todo lo que hacías, bueno, conmigo.



*Hoy estoy un poquito triste, porque al igual que el cielo, yo también estoy nublada, y me han venido recuerdos a la mente que creía haber superados.

**Escribiendo esto, en parte, me engaño a mí misma, porque la presencia de esta persona en mi vida no resultó positiva, pero viví cosas, y por eso he querido dejar a un lado lo negativo.

***Escribir esto es una liberación, como apagar por fin la mecha que parece infinita de una vela ya gastada. Jamás olvidaré cómo iluminaba y oscurecía esa vela.

viernes, 8 de marzo de 2019

.

No sé volar, no sé volar sin seguir el vuelo de una golondrina dispuesta a empujarme del árbol mientras busco algo con lo que alimentarme.

Lo presiento, sigo arriba, pero tengo miedo. Ni durmiendo en el suelo podría evitar la caída... No está aquí para ayudarme, ha venido a quitarme plumas...

domingo, 3 de febrero de 2019

Internal monsters.

Toda persona que pasa por tu vida deja una huella en ella...

Antes pensaba que no, que la gente entraba y salía por la misma puerta, pero no. Nunca se sabe por qué puerta van a entrar, pero es aún más impredecible saber por qué puerta van a salir, y esto último me da miedo, porque algunas personas son albañiles internos, y pueden crear un muro, una fortaleza o un castillo propio dentro de ti, y el que encuentra su lugar, se acomoda y lo convierte en su casa.

A todos nos marcan de unas u otras maneras, todos corremos, nos estancamos, brillamos, bailamos y cambiamos; tú, él, ella, yo, nosotros, aunque ya no juntos, claro.

Detesto el café frío que antes amaba, las caricias que hace años me erizaban la piel... Me encantan los besos y antes los odiaba, me llena mucho abrazar y antes ni se me pasaba por la cabeza rozarte la espalda con mis manos y apretarte hacia mí... Te hablo a ti, y le hablo a cualquiera.

Empezamos a ver, a querer; a ser, hoy Eva, mañana Adán, en 3 años quizás seas Romeo, o hayas vuelto a ser Eva con la mentalidad de Julieta... Nunca sabemos dónde llegaremos físicamente, ni psicológicamente; mentalmente podemos llegar hoy al fin del mundo si nos apetece, pero seguiremos respirando el mismo aire si no salimos de nuestra cueva.

Hoy me dueles, y ayer pensaba que jamás sentiría el mínimo aprecio por ti; mañana quizás te olvido, vuelves, o simplemente acepto que has empezado a vivir en mi.

domingo, 27 de enero de 2019

But loving waves.

Yo no practico el submarinismo, pero a veces me ahogo...

Sé que tengo oxigeno de sobra para hacer varias idas y vueltas a la superficie todavía, pero no sé en qué parte, ni en qué pulmón... Si lo supiese, solamente tendría que activarlo.

Me empecé a ahogar en el momento en el que decidí sentarme en una roca a tomar el sol y a ver la luna, y conocí submarinistas, sirenas, nadadores perdidos, pescadores, gaviotas y estrellas... Cada vez que se iban, me tiraba de cabeza al agua sin coger aire, y tenía que salir cuando me daba cuenta de lo tonta que era por cometer esos actos.

Si has llegado hasta aquí, no te sorprendería leer que soy una sirena, pero quizás te sorprende un poco leer que no, que no lo soy... Simplemente soy una humana perdida, que se subió a un barco de plástico "made in China", cual persona valiente que no soy, y un erizo de mar rozó mi pequeño medio de transporte acuático, y que la piedra en la que habito fue mi único salvavidas momentáneo... Y aquí sigo.

No te vayas a creer que vivo en una isla, que yo a veces me las veo mal para poderme tumbar un poco... Tampoco vivo a base de agua marina, ni me alimentan las gaviotas... Simplemente me acerco a la orilla, y pillo prestados los merenderos que se llevan los pobres playistas para comer... Nunca me ven.

No pienses que mis días son siempre de tormenta, porque la mayor parte de ellos son soleados y escasamente nublados, pero he hecho de esta piedra mi casa, y me está costando mucho abandonarla... He averiguado a qué hora pone la calefacción el sol, a qué hora me la quita; cuándo hay eclipses, lunas de sangre, estrellas raras... He incluso me he aprendido el horario de los aviones que pasan por encima de mí.

Estoy bien, pero necesito salir de aquí... Esta casa se me queda pequeña, porque quiero una pecera más grande... Ya le he preguntado a algunas ballenas, tiburones amables, pezqueñínes que dicen "sí" cuando les pides ayuda, y a alguna que otra estrella para que me vayan orientando.



Lo siento, por dejar de escribir... He estado muy centrada en aprender a nadar.

Estoy despidiéndome de la piedra, y cuando vaya a medio camino entre ella y la orilla, tiraré las llaves de mi pequeña casita hacia atrás... Y será entonces, cuando coja impulso para seguir nadando hacia adelante.


martes, 13 de marzo de 2018

Vino tinto, y se fue.

Voy a gritarle al mundo, hasta que tiemblen los pájaros que hay a tu altura...

- Me monté en un avión destinado a hundirse en el mar...

Me hundí, salí a la superficie y nadé, perdiendo los brazos por no frenar sus movimientos buscándote a ti, pero fuiste rescatado mucho antes de que yo notase el cambio de presión entre el fondo del mar y la brisa del exterior.

- Me embarqué en un barco destinado a imitar al Titanic...

Y no iba con Jack, pero sí me pintaron un cuento con un final abierto, sólo para mí; y flotando en lo alto, estábamos solos, el frío y yo, con la luz de la luna buscando la sombra del sol.

- Me subí a una moto, con las luces estropeadas, y en el camino más malo del medio del campo, aceleré...

Y escuché sirenas momentos después; me preguntaron por la moto, pero había desaparecido, y creyeron que inventé un dolor imaginario con e fin de recibir algo extra de atención.

- Y me fui, de todas las situaciones, porque salía sangrando, y ya no había transfusiones posibles para mí; hasta que me desangré, y ahí me quedé, hundida, tocada y frenada otra vez, sin luces, ni barco, ni alas, simplemente con mi piel, fría y sola, esperando por si querías volver, para hacerme polvo de nuevo, y sangrar de nuevo, otra vez.


Por ti, que después de tener mi vida en tus manos, quisiste ser musa de boquilla, cuando en verdad eras una mezcla entre tú mismo, Ares, Afrodita, Atenea y Lucifer.

lunes, 5 de febrero de 2018

Come here.

Estamos aquí, de nuevo, jugando a los imposibles, al no te quiero pero te quiero, a los huye y llévame contigo.

Estoy teniendo pesadillas con nosotros mismos por si un día en el viaje nos perdemos, por si no puedo volver a verte, por si dejas de ser parte de mi suerte y mi persona se vuelve pasado dentro de ti.

Me pasaría las 24 horas del día diciéndote lo suficiente que eres y seguirías pensado que eres insuficiente para mí, y lo eres todo, lo máximo que se me ocurriría llegar a pedir un día que me sintiese muy arriba.

...

En fin; ilusa, por caer, por quererte de nuevo otra vez, por hacerte sentir que quería bailar contigo.
Y otra vez más, bailo sola, porque he vuelto a pisar los pies de otro ser con unos zapatos que no eran los mías, que me prestaron para comprobar, si aún sabiendo que no eran mi número, podía defenderme bien; y fallé, y ellos perdieron su apuesta.

Y otra vez más, me como la cabeza oliendo de fondo a té, porque siempre vierto los vasos llenos encima de los cables y todo hago arder; creo cortocircuitos interiores, externos y bajo mi responsabilidad, de los que acaban en oscuridad, oscuridad momentánea pero eterna, porque yo sólo quería beber con la luz artificial encendida, pero a la bombilla no le caigo bien.

Quiero saltar de impotencia por haberlo vuelto a hacer, por haber creído que podía salir de las costumbres, pero ni las brujas ni las velas, apostarían nunca por mí.