miércoles, 17 de abril de 2019

5-7.

A veces creo que te echo de menos... No a ti, sino a el lugar que ocupabas en mi vida.

Al hecho de tomar café a las 11 de la mañana y a las 7 de la tarde,
a recorrer la calle más larga de la ciudad contigo,
a estar en la cocina esperando a que se hiciese la pizza o se cociese el agua de la pasta,
a ver los partidos de fútbol, aunque lo odiase, y a aguantar tus enfados por los goles...

A abrazarte cuando te venías abajo por x motivos,
a que me esperases detrás de la puerta para intentar asustarme,
a darte besos por haber aprobado un test preparatorio para el teórico,
a verte jugar a los barcos,
a que me hables mal y bien de tus amigos...

A dar vueltas en tu cama mientras nos reíamos,
a ver películas malas, que tenían su gracia viéndolas acompañada,
a que quisieses verme todos los días,
a desear que fuese lunes, después de estar sin ti todo el fin de semana,
a que me enseñases cosas,
y a todo lo que hacías, bueno, conmigo.



*Hoy estoy un poquito triste, porque al igual que el cielo, yo también estoy nublada, y me han venido recuerdos a la mente que creía haber superados.

**Escribiendo esto, en parte, me engaño a mí misma, porque la presencia de esta persona en mi vida no resultó positiva, pero viví cosas, y por eso he querido dejar a un lado lo negativo.

***Escribir esto es una liberación, como apagar por fin la mecha que parece infinita de una vela ya gastada. Jamás olvidaré cómo iluminaba y oscurecía esa vela.