viernes, 11 de agosto de 2017

Within the barking of the lost dog.

En honor al invierno, aquí estamos, infusión en mano, e intentando escribir ovillos de lana mentales.

No quiero que mis manos sean un juego, ni un pasatiempo; no quiero que sean usadas sin motivo, ni que les busquen cosquillas muertas. No pretendo que me acaricien a modo de lástima y consuelo, ni que me abracen para calentarse, porque soy puro hielo.
No quiero ser un libro para calmar el aburrimiento, ni un puzzle infantil que haces una tarde de domingo después de una comida familiar.
No quiero ser la peor película del mundo, la estrella con menos luz o la vela que no prende fuego.
No quiero que nadie se pierda por mi culpa, porque como me sigan van al pozo de cabeza.
No quiero que me escuchen a modo de caracola de playa, porque no soy tan interesante, ni ha pasado tanta arena, agua y sal sobre mí.
No quiero que me encuentren sola en la oscuridad, porque es mi secreto, ni que me encuentren escondida entre arbustos porque tengo miedo.
No quiero mostrar mis debilidades, inseguridades y complejos, porque a mi fachada de fuerte se le hundirían los cimientos en un momento.

Sigo siendo el perro abandonado al que puedes contarle tu vida, porque ten por seguro que te voy a escuchar, pero no me tengas miedo, porque aunque ladro y aúllo...
nunca,
muerdo.

viernes, 4 de agosto de 2017

Breaking fight and wings.

Hoy, te despiertas y todo ha cambiado, aunque simplemente hayan quitado un tornillo dentro de tu mecanismo; quizás no le iba bien al resto de piezas.
Hoy, vuelvo a pensar lo mismo que llevo pensando desde los últimos 3 años; otra vez más, ya me parece hasta lo normal.
Hoy, vuelvo a darme cuenta de que tengo miedo de que alguien descubra mis temores y se vaya, porque antes de que se vaya, yo ya estaba corriendo, desde que se produjo la primera palabra en la conversación, porque huir es lo mío.
Hoy, vuelvo a ser una cobarde y a cederle la valentía a otro que no sea yo, porque no me gusta la burbuja en la que vivo, pero es mi burbuja; me conozco el color de sus paredes aunque las pinte, qué pata de la mesa cojea y qué cuadro esconde en su parte trasera una araña.
Hoy, vuelvo a dejar de seguir el camino de ser yo, pero no me he perdido, me he desviado aposta porque yo no me veo llegando a la meta nunca.
Hoy, vuelvo a perder un folio de colores que se ha llevado el aire que yo misma he soplado.
Hoy, vuelvo a caer, porque me tropiezo siempre conmigo como piedra.