viernes, 28 de junio de 2019

28 olas de calor.

Estoy andando... No me lo creo.
Estoy despierta, y sueño de pie y viva.
Acelero... Puedo correr de nuevo.
Me levanto de la cama, me doy la mano, salto y desayuno.
Veo la luz... La veo en todos los caminos que tengo delante.

Miro al techo, bajo la cabeza y sonrío.
Estúpida de mí, por haber llorado... Estúpida yo, por haber reído contigo.
Bailo... Con tu mirada en mi cuerpo, buscando mis ojos.
Me tumbo en el suelo, gritando lo bien que me siento aquí.
Tropiezo con mi sombra... Me planteo la velocidad que llevo.

Freno... Pero no supero la máxima permitida.
Piso el pedal de la derecha, subo de 50 a 85 km/h... Tranquila.
Vamos bien, ni lentos, ni con demasiadas prisas.
Observo por la ventana, miro a los árboles como iguales y les digo buenos días.
Carretera tranquila, voy yo sola.

Pienso en ti... Te quiero, pero tú eres de autovías, mientras yo soy una convencional.
Pienso en mí... Me libero, me quiero, y chillo.
Ya no te necesito... Ni a tu ser, ni a tu aprobación.
Tengo que seguir, subir... Estoy aquí.
Tengo que hacerlo... Por mí.