sábado, 1 de octubre de 2016

Imagine.

Hoy te voy a describir, de la manera más triste, una canción bonita.
Y joder, qué difícil es no pensar en ti y eso que no estás.

Que un día sales a la calle, y piensas, que nada te gusta de ti; y que desaparecer y empezar de cero con todo si la vida me diese esa opción, resultaría un viaje bastante apetecible.
Que ya no sé escribirte bonito, porque no puedo hacerlo, porque no sé escribir, y porque la parte bonita la ponías tú.
Que dudo de quién soy cuando me miro al espejo; un día tan Blancanieves, con sus siete enanitos (y fijo que alguno era una enanita camuflada), con sus manzanas, las de las tres semanas en el frutero y las que brillan en Mercadona, fiel a los pájaros y amiga de la naturaleza; y otras veces tan el perro malo de cualquier película, que en el fondo su corazón no tiene esos colmillos como exteriormente tiene su boca, que hace daño porque nació así, de apariencia 'mejor no te acerques' y odiada por cualquier ser, por si se les pegan mis pulgas inexistentes.
Que ya no me apetece vivir porque tengo borrado el futuro, el presente muy negro, y no pienso en pasado por si acaso un día decide volver al punto 0 de la fila entre el -1 y el 2.
Pero no pienses que quiero saludar a la muerte de cerca, porque no quiero; y siento que esto suene tan serio, no lo veas así.
Que ya no quiero vivir en balcones, ni hablar con nadie en bancos, porque hace tiempo que nadie nunca viene.
Que ya no quiero leer a personas, porque no son libros, y en la sinopsis se esconden verdades que el libro no quiere enseñar.
Que el alcohol no te hace olvidar, pero sí matar al miedo, y con ello, disparamos a la vergüenza y a bailar.
Que por lo que ayer lloraba, hoy no río, pero me es indiferente. Y por lo que reía, hoy he puesto el silenciador, y pocos se atreven a quitarlo.
Que hoy soy piedra y mañana cristal roto de la luna que rompió aquel árbol; y seguramente, al siguiente día sea el rayo que marca el inicio de la decadencia del comienzo del fin.
Que no me canten los pájaros, que les pego un tiro con tal de vivir en la habitación del silencio basurero que proviene de la cama que se hace mal, y huele a colonia barata.
Que pienso en ti, y puf, me enciendes la vida; hasta que le soplo a la vela porque es mentira y de ilusiones se vive, pero mal.
Y que sí, que yo también prometí y me caí por un barranco que era yo misma, y sigo rodando, todos los días.

1 comentario:

  1. No quiero volver a leer algo tuyo así.
    Vales mucho más que un simple texto pesimista. Si bien es cierto que hay que aceptar el dolor (porque forma parte de la vida), tú aún eres joven y demasiado hermosa -lo que conozco de ti- como para escribir así.


    Atentamente,
    Un diario personal más

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