domingo, 13 de noviembre de 2016

Gritos de 23 a las 50.

Hay millones de teorías inacabadas que siempre tendrán incógnitas y jamás gotas de valor para despejarlas.
Que la 'y' siempre será 'y', y se buscará por 'x', pero 'y' nunca será 'x', ni 'x' será 'y'; y ninguna jamás será una 'b' con complejo de acción mal escrita y acertijo. 
'B', y no 'v' porque la 'v' contiene la 'b' y pasamos de cambiar los caminos porque nos pesa el equipaje que no llevamos. 

Somos continuas quejas fuera de contexto y sin venir a cuento; formas molestas de acabar con el silencio. 

Nos aburre hasta lo que no hacemos, y ahí está el problema; somos movidos por el viento que no sopla el tiempo y sí tus compañeros. Olvidamos abanicarnos a nosotros mismos, queremos estrellas fugaces siempre en el cielo, y no. 
Que vivimos sólo en ocasiones especiales y miramos las naves espaciales con miedo.  
Que somos unos incrédulos de palabras propias, y que nos apuñalamos antes de hablar. 
(Que miramos a los árboles como gigantes y no nos vemos lo grandes que somos en el espejo, y pensamos, que hay hormigas con el corazón más grande que el nuestro.)
Que no, que las pilas no funcionan porque no son nuestra talla, y por narices tenemos que encajar en la sartén de la tortilla, y que somos cebollas en platos odiados por el mismo motivo del ser. 
Que corremos para huir de nosotros mismos y por terror que te transmiten 3 desconocidos, cuando es la primera vez que los vemos. 
Que nos escondemos cuando nos buscan a bien, y salimos a la terraza cuando vienen a cortarnos los dedos.
¿Y qué queremos? Si llamamos con mensajes transparentes a números prohibidos esperando un guardaespaldas que venga y nos diga qué hacer. 

Menos números de la esperanza y más de consuelos; más abrazos y menos miedos. 
Más puertas abiertas con direcciones a viajes lejos, menos te odio y más 'te quise un momento', menos... puf. Hasta luego. 

1 comentario:

  1. Me ha encantado la entrada sinceramente, a veces somos tan tontos que no disfrutamos las pequeñas cosas, juzgamos tanto sin aun conocer, a veces hay mas odio que amor, y los abrazos deberían darse mas amenudo porque curan, curan mucho.
    Eres íncreible, te quiero.

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